Este arbusto frutal ha concitado la atención de productores e inversores en los últimos años en la Argentina. Esto es así debido a la rentabilidad que alcanza el cultivo al poco tiempo de implantado, ya que los precios de mercado externo son todavía altos y sostenidos y comienza a desarrollarse el mercado interno en la franja de alto poder adquisitivo.
Antes de entrar en tema voy a presentar el cultivo: dijimos que era un arbusto, que puede alcanzar los 3 m de altura, no necesita apoyo, tiene una vida media de 25 años, y comienza a ser productivo a los tres años de implantado, siempre que provenga de una planta de 2 años de vivero.
Desde el aspecto botánico, pertenece a la familia Ericáceas, género Vaccinium, del cual hay varias especies frutales comerciales, pero las dos más difundidas son : Vaccinium corymbosum o arándano alto cuyo nombre en ingles es Blueberry, y Vaccinium asheii, o arándano ojo de conejo. El primero es el más apreciado, de mayor calidad y precio en los mercados del hemisferio norte.
La planta es un arbusto erecto leñoso cuando adulto, de raíces muy finas y superficiales. Hojas lanceoladas opuestas, finas, las flores conforman una inflorescencia tipo corimbo, por lo cual la floración es escalonada y amplia .
El fruto de esta planta es una baya carnosa redondeada y pequeña , de unos 10 a 20 mm de diámetro ecuatorial, achatada en los polos, de color azul intenso, recubierto con una pruina blanquecina, carente de pedúnculo y semillas notables, lo cual la hace apetecible y limpia para comer puesto que no hay que pelarla ni genera desperdicios. El valor nutritivo de este fruto es de alta calidad por las vitaminas y antioxidantes que contiene .
En los años recientes se implantaron en el Alto Valle algunas hectáreas de este frutal en las cuales se pueden apreciar falencias, y esto se debe tanto a aspectos tecnológicos básicos, como a la falta de investigación y desarrollo local en técnicas de cultivo y variedades. Han sido intentos particulares de inversores que observando la alta rentabilidad vieron el nicho productivo y se lanzaron incentivados por los mismos viveros que les vendieron las plantas, sin el apoyo ni los conocimientos técnicos suficientes para desarrollar un cultivo exitoso en la zona.
Por un lado debe prestarse mucha atención a los requerimientos del cultivo , respecto del clima y del suelo. Por otra parte, la elección de variedades adecuadas es de suma importancia porque no sólo define la fecha de cosecha, sino también el éxito de la producción ya que se puede minimizar el riesgo de pérdidas por heladas tardías.
Por su origen y su hábitat natural, el arándano tiene requerimientos muy específicos respecto del suelo. Como es originaria de los bosques de coníferas del noreste de América y habita naturalmente en el sotobosque de Pinos, posee una adaptación a suelos muy ácidos, de pH entre 4 y 5,5 , muy sueltos, bien drenados y ricos en materia orgánica. Condiciones estas bastante diferentes a las naturales en nuestros suelos valletanos, que son alcalinos , pobres en materia orgánica, y no tan bien drenados como aquellos, si bien en cuanto a la textura los hay arenosos y sueltos, que sí serían aptos.
Entonces ya tenemos una limitante poderosa que debemos sortear para el establecimiento adecuado de la plantación. Desconocer esto lleva al fracaso rotundo, con muerte de plantas y crecimiento lento o defectuoso de las sobrevivientes, lo que implicaría una entrada en producción retardada.
Buscar precocidad en la fecha de cosecha en nuestro clima, como ya dijimos, puede ser peligroso debido a las heladas tardías, ya que las variedades más precoces son las que tienen menos requerimientos de horas de frío, y por lo tanto florecerían en pleno invierno, con el consecuente riesgo para la producción, o bien prolongaría demasiado el tiempo de defensa activa de los fenómenos fríos , generando costos demasiado altos.
Como su origen es el clima frío, no debe sorprender su adaptación a condiciones de bajas temperaturas; soporta hasta - 4°C en floración, y como ésta dura 10 a 15 días los daños nunca son totales. Como en otros frutales el periodo de mayor susceptibilidad es desde cuando el fruto está recién cuajado, hasta que tiene 3 mm de diámetro.
La planta durante su ciclo anual de crecimiento requiere de riego controlado pues es muy sensible a los excesos de agua, lo que implica la construcción de un sistema de riego por goteo con un diseño específico para este cultivo, con períodos de riego cortos y frecuentes, debiendo controlarse el mismo mediante sensores de humedad instalados a 20 y 40 cm de profundidad.
Es importante en los primeros años el combate de malezas en las proximidades de la línea de plantación , y esto se logra mediante la utilización de una cubierta o mulching, de preferencia orgánico y no plástico. Los materiales a utilizar son diversos pero una posibilidad es la pinocha u hojarasca de pinos, chips de madera de pino o coníferas por su acidez. Las cubiertas orgánicas no elevan tanto la temperatura de las raíces superficiales, dotando al cultivo de mejores condiciones de crecimiento. El control de malezas debe complementarse con el uso de herbicidas a los costados de dicho mulching y es aconsejable la siembra del interfilar con pasturas perennes de bajo porte que requieran bajo mantenimiento.
Un aspecto muy importante a considerar cuando se evalúa la plantación de esta especie es cómo va a ser la comercialización de la fruta, puesto que nuestro valle está repleto de ejemplos de buenos productores con problemas económicos y financieros derivados de malas ventas.
Es necesario hacer un análisis de la demanda y de las modalidades de comercialización de este tipo de frutas para no tener sobresaltos una vez que comience la producción comercial.
Por ahora se puede decir que el mercado externo presenta buenas posibilidades de venta y que el mercado interno se esta comenzando a desarrollar satisfactoriamente.
Los precios internacionales son buenos, se mantienen en la contraestación y si la oferta es organizada y de calidad, es posible obtener resultados muy buenos.
En resumen, se puede decir que el arándano es una alternativa productiva con potencial para el Alto Valle, siempre y cuando se tengan en cuenta las consideraciones técnicas y económicas planteadas, al efecto de lograr una producción rentable y sustentable.