Las chinches son plagas de gran importancia en cultivos
agrícolas en nuestro país, especialmente en leguminosas como soja y alfalfa
(destinada a la producción de semilla). Tanto las ninfas como los adultos se
alimentan por medio de estiletes bucales con los cuales absorben la savia de
los tejidos vegetales al mismo tiempo que inyectan enzimas y toxinas que
producen necrosis en los tejidos. También pueden ser vectores de hongos
patógenos. Esto incide tanto en los rendimientos como en el poder germinativo y
calidad de la semilla.
A partir de la década de 1970, junto con el rápido incremento de la
superficie sembrada con soja, las poblaciones de varias especies se
multiplicaron en gran medida provocando graves daños en los cultivos donde no
se efectuaban tareas de control. Estudios sobre la biología y capacidad de daño
de las diferentes especies como la chinche verde (Nezara viridula), la chinche de la alfalfa (Piezodorus guildinii), la chinche marrón (Dichelops furcatus) y el
alquiche chico (Edessa meditabunda)
permitieron determinar umbrales de tratamiento, métodos de muestreo y el rango
de dosis de diferentes insecticidas para efectuar su control. Posteriormente,
se realizaron estudios sobre el rol y eficiencia de los diversos agentes de
control biológico en las diferentes especies. Se llegó a determinar que los enemigos
naturales tienen gran influencia en las poblaciones de las chinches durante las
diferentes generaciones que tienen estos insectos, desde la primavera hasta el
otoño, época del año en que finalizan su actividad buscando refugio en
diferentes lugares durante los meses de invierno.
En
las últimas campañas agrícolas las poblaciones de chinches provocaron intensos
ataques en las zonas productoras de soja del centro y norte del país. Si bien
el control de la plaga se efectúa en una alta proporción de lotes, en muchos de
ellos el control es tardío y de baja eficiencia dando como resultado altos
niveles de poblaciones invernantes. Esta situación ha originado que a partir de
la primavera ocurran ataques de estos insectos a cereales como trigo al cual
provoca daños en rendimiento y calidad; y en maíz le causa daños a la planta
joven como así también en la etapa de maduración de los granos. Esto señala la
necesidad de efectuar estudios referidos sobre el verdadero impacto de las
infestaciones de chinches a los cultivos ya citados.
El maíz durante el período de emergencia es atacado con más frecuencia por
la chinche marrón (D. furcatus), lo
que se evidencia posteriormente por la aparición en las hojas de perforaciones
en formas asimétricas (presentando las mismas aureolas amarillentas),
crecimiento anormal de las hojas y alta frecuencia de aparición de macollos. En
Brasil se han descripto síntomas similares en maíz joven causado por la misma
especie. En la Universidad de Iowa, EE.UU., también se describen daños en
plantas de maíz joven similares a los ya descriptos localmente y causados por
otras especies de chinches de la familia Pentatomidae
(Acrosternum spp.).
En el área de Marcos Juárez es común desde hace varias campañas, que se
observen plantas con los síntomas descriptos en niveles de hasta 5% mientras
que en la campaña anterior se detectaron lotes con 30% de plantas afectadas en
localidades del centro sur de la provincia de Córdoba (Alejandro Roca,
Hernando). En los meses de octubre y noviembre también fueron observados daños
causados por la chinche verde (N.
viridula) en un sector muy localizado de un ensayo de maíz en el INTA
Marcos Juárez con síntomas más severos que los provocados por la chinche
marrón.
Durante los meses de verano en algunas localidades del
Departamento Marcos Juárez se observaron ataques de la chinche verde en cultivo
de maíz en estado de maduración de grano con la presencia de gran número de
adultos por espigas en las cuales provocaban daños en los granos debido a la
alimentación del insecto y por la introducción de toxinas y hongos patógenos.
La presencia de la plaga generalmente tiene mayor densidad en las borduras de
los cultivos, fenómeno que deberá ser evaluado en el futuro si persiste esta
clase de infestación. Es común que en ensayos de maíz donde existen parcelas
separadas por corredores y/o sendas, el ataque se presente con mayor intensidad
que en lotes uniformes.
Hasta el presente no existe ningún insecticida registrado en forma
específica para el control de chinches en maíz. Esto no implica que en caso de
observar la presencia de la plaga no se pueda efectuar su control. Para este
fin pueden utilizarse insecticidas registrados para estos insectos en cultivos
de soja o alfalfa para semilla, que tengan registro simultáneo en maíz y previa
consulta a fábrica para un eventual ajuste de dosis y restricciones de uso.
Mientras es sencilla la evaluación de la plaga en las espigas del maíz, el
ataque de chinches como D. furcatus
en plantas jóvenes es más difícil ya que el mismo puede ser provocado con bajas
densidades del insecto, lo cual requiere una cuidadosa observación de las
plantas durante las dos o tres semanas posteriores al nacimiento del cultivo.
Naturalmente, en este caso, los lotes con rastrojos de soja son los que
presentan mayor potencial de daño porque la chinche marrón pasa los meses de
invierno debajo de los rastrojos. En el caso de infestación de la chinche verde
en espiga, los ataques pueden provenir desde lotes vecinos ya que los adultos
tienen gran capacidad de vuelo.
Como conclusión sobre las consideraciones efectuadas sobre ataques de
chinches en maíz, se destaca la importancia de estudiar los daños provocados
por la plaga en diferentes densidades de ataque y duración de los mismos,
información necesaria para determinar umbrales de tratamientos y establecer
alternativas de control químico.
Técnicos de la Sección Entomología - Area Suelos y Producción Vegetal, INTA
Marcos Juárez). Incluído en la publicación Información para Extensión nº 74
"Maíz: Actualización 2002". INTA Marcos Juárez.