Respuestas
del INTA frente a la emergencia por inundaciones
Proyecto Regional de Lechería - Mayo 2003 - Documento 1
Recomponiendo la oferta forrajera
En los establecimientos que han sufrido las inundaciones o el
prolongado encharcamiento de los suelos, se ha visto reducida parcial o
totalmente la producción de las pasturas a causa de la pérdida de plantas y el
excesivo pisoteo provocado por las altas cargas de aquellos potreros que eran
los únicos con algo de vegetación útil.
En los campos en los que se ha retirado el agua, el problema es
qué hacer ante esta situación: no hay pasto o es escaso, y se debe seguir
produciendo o intentar de mantener una determinada producción de leche.
Ante esta problemática, lo primero que se debe hacer es un diagnóstico de la situación, relevando
el estado en que se encuentra la vegetación de los distintos potreros y
censando el grado de compactación y pisoteo de cada uno de ellos. De acuerdo a
la zona, podremos encontrar potreros con vegetación en buen estado (compuesta
por festuca, raigras anual,
trébol blanco y cebadilla criolla, característica de suelos bien drenados que
han sufrido poco la inundación) y otros más afectados.
Un factor a tener en la cuenta en la observación es el grado de
invasión de malezas (gramón, cebollín),
para poder realizar un adecuado manejo antes de una nueva siembra.
Es importante también determinar la presencia de sales en
superficie, como consecuencia de un ascenso de la napa,
para realizar la correcta elección de las especies forrajeras que formarán
parte de la pastura.
¿Qué se puede hacer en este momento con las
pasturas?
Una de las alternativas son los verdeos.
Para esta época del año no sería tan recomendable la siembra de avena y se la podría reemplazar por trigo de ciclo largo, que es más resistente al frío y a la roya de la hoja. Se pueden usar las variedades Buck Guapo, Klein Cacique, ProInta Puntal, Buck Sureño, etc., con una densidad 100 -110 kg/ha (300 semillas/m2) Hay que tener presente que los suelos han sido lavados por las abundantes lluvias por lo que se hará necesario agregar nitrógeno para lograr una buena producción de forraje. La fertilización se puede realizar utilizando urea u otro tipo de fertilizante nitrogenado. Lo recomendable es hacerlo en función de los resultados del análisis de suelo y elegir el producto a utilizar en función de la disponibilidad y el precio.
También será necesario sembrar pasturas perennes para ir cubriendo
las pérdidas de pasturas anteriores. Hay varias alternativas para esto:
Implantar el verdeo en una menor densidad, por ejemplo trigo
(70-80 kg/ha) en mezcla con trébol rojo (3-4 kg/ha), cebadilla (4 kg/ha), raigras anual (7 kg/ha). Así se
logrará cubrir las necesidades de forraje del invierno, alargar la vida útil de
la pastura con las otras especies y tener pasto en la primavera y el próximo
otoño.
Hacer pasturas en base a trébol rojo (5-6 kg/ha),
cebadilla criolla (4 kg/ha), festuca
(3-4 kg/ha), trébol blanco (500- 800 gr/ha), que son todas especies forrajeras más resistentes
al exceso de humedad que la alfalfa.
Si la idea es hacer alfalfa (en los lotes mejores), sería
conveniente no sembrarla pura (8 kg/ha) sino asociada
con gramíneas (cebadilla criolla 3-4 kg/ha, festuca 3-4 kg/ha), que por su
sistema radicular tienen un efecto importante en la recuperación de la
estructura del suelo; y otras leguminosas (trébol rojo 3-4 kg/ha,
trébol blanco 500-600 gr/ha).
Se puede mejorar la oferta de forraje y la diversidad de especies
en una pastura mediante la intersiembra o siembra
directa. Es el caso de pasturas en las que han quedado gramineas
puras o una baja densidad de especies útiles y se las puede mejorar con la introducción de leguminosas u otras gramíneas.
Otra alternativa rápida de obtención de forraje para el invierno
es la fertilización con nitrógeno. Se
pueden fertilizar aquellos proteros en los cuales han
quedado solamente gramíneas y se observa un pobre crecimiento, o lotes con un
importante nacimiento de cebadilla criolla.
Como los potreros han sufrido un serio deterioro a causa de las
excesivas lluvias y el pisoteo, se
debería elegir para implantar las pasturas el método de siembra que menos
remueva el suelo. Como esto no siempre es posible, la siembra directa de pasturas se deberá hacer
en aquellos lotes que estén más parejos y menos compactados, mientras que a los
más pisoteados se los deberá trabajar con labranza vertical para lograr un descompactado y emparejado de la superficie y luego poder
realizar una mejor implantación de las especies forrajeras.
Para tomar decisiones en este tema es importante
que consulte a un profesional.
El INTA está trabajando junto a otras instituciones
para dar respuestas en esta situación de emergencia. no
dude en comunicarse: 03492-440121.